Add description, images, menus and links to your mega menu
A column with no settings can be used as a spacer
Link to your collections, sales and even external links
Add up to five columns
Add description, images, menus and links to your mega menu
A column with no settings can be used as a spacer
Link to your collections, sales and even external links
Add up to five columns
3 lectura mínima
La caja de emociones es un instrumento que permite la asociación de los sentimientos con las situaciones de manera didáctica, generando una mejor comunicación de las emociones, al mismo tiempo que fortalece la inteligencia emocional de los niños.
Es ideal para manejar en grupos pues permite trabajar en la solución de conflictos y de la misma manera permite prevenir futuros desacuerdos, debido a que la caja puede incluir distintas emociones como lo son: la ira, la tristeza, la felicidad, el enojo, la resignación, la confusión, el asombro, entre muchas otras.
También puede motivar la expresión de situaciones con frases sin concluir para que durante el ejercicio se complete la frase o incluso agregar tarjetas con actividades que permitan la comunicación emocional.
Las caritas o emoticones son un gran elemento para trabajar con los niños, porque el peque hace la relación inmediata y el tutor puede indagar sobre situaciones en donde haya experimentado ese sentimiento, un ejemplo puede ser que un niño saque de la caja una pelota con una cara feliz.
Además de imitar la cara, el tutor puede preguntarle al peque cuándo ha sido feliz, y el niño puede expresar cosas del tipo “soy feliz cuando me llevan a la escuela porque puedo jugar con mis amigos”.
En ese momento, el niño relaciona una situación con la carita feliz y expresa qué lo hace feliz en un espacio de confianza. Otro ejemplo puede ser cuando el niño saca una carita de enfado.
El tutor le consulta al niño cuándo ha estado así y este podría manifestarle una respuesta que no necesariamente tiene que ver con una actitud directamente de ellos mismos; en algunas ocasiones se presentan respuestas como “cuando mi mamá está enojada con mi papá”.
En ese caso, el niño hizo la relación con la situación más común en su entorno y lo manifestó generando un indicador de que algo no está bien en su hogar y requiere ser escuchado en un espacio dedicado solamente a él.
En varias ocasiones se expresan situaciones que ocurren en la escuela y por eso la caja de las emociones es una herramienta ideal para los maestros.
El reto más importante es no perder la constancia en tanto el nivel de confianza vaya aumentando al pasar las sesiones, pero las ventajas son mucho más provechosas, pues aumenta la autoestima y la seguridad emocional de los alumnos al sentirse escuchados.
Si utilizamos la caja de las emociones con tarjetas, podríamos adaptarlas a un grupo con necesidades más específicas y que puedan ser definidas porque son niños más grandes o porque el grupo al que pertenecen tiene distintas dinámicas que afectan su desempeño, como puede ser la escuela, hacer parte de un equipo deportivo, de danza, de teatro, entre otros.
Un modelo para implementar con tarjetas podría utilizar frases como las siguientes:
Cuenta una situación en la que…Cómo te sientes cuando…
En una actividad que busque la integración del grupo, podríamos incluir tarjetas que involucren dinámicas en las que el niño deba expresar sus ideas o realizar una actividad en conjunto.
Estos son algunos ejemplos:
Este tipo de actividades mejoran la vinculación afectiva como grupo, genera una identidad, sentido de pertenencia y agiliza el funcionamiento a nivel de equipo en la búsqueda de objetivos grupales.
Al desarrollar la caja de emociones, constantemente se debe generar la sensación de que el tiempo se está aprovechando al máximo y así fomentar muchas opciones en la resolución de nuevos conflictos, siempre en aras de motivar a mantener un espacio de confianza y seguridad.
Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.