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    Las emociones son muy intensas en los peques, ellos aún no saben cómo  controlar esta parte tan humana de sus vidas, por lo que ayudarles a entenderlas los beneficiará mucho en su futuro. 

    Actualmente, la vida emocional es objeto de interés para muchas personas, y no es para menos. La conducta de los niños se basa prácticamente en cómo se sienten.

    Controlar y manejar estas les cuesta mucho, pero para entenderlas mejor existe la famosa ‘rueda de las emociones’ de Robert Plutchik.

    Esta rueda de las emociones está compuesta por ocho emociones básicas:

    • La alegría
    • El miedo
    • La sorpresa
    • La tristeza
    • La confianza
    • La ira
    • La aversión
    • La anticipación.

    El experto las colocaba como emociones que podían expresarse en distintos grados de intensidad y describe a los estados emocionales muy similares unos con otros.

    Haciendo más énfasis en las emociones de la rueda, entendemos que:

    • Alegría. Es una emoción positiva, misma que expresa bienestar y satisfacción respecto a las condiciones que nos rodean. Su estado más sutil es la serenidad y el superior el éxtasis. Su emoción opuesta es la tristeza.
    • Confianza. Implica la infalible creencia de que se puede actuar sin riesgos, peligros o daños. Sus extremos son la aceptación (sutilmente) y la admiración (superiormente). Su opuesto es la aversión.
    • Miedo. Esta reacción está ligada directamente al instinto y a la supervivencia. Su estado sutil es la aprehensión y su derivada superior es el terror o el pavor. En la rueda tiene a la ira como opuesto.
    • Sorpresa. Su naturaleza es neutra y supone una reacción espontánea ante circunstancias inesperadas. Levemente puede tratarse como simple distracción e intensamente como asombro. La anticipación es su opuesto.
    • Tristeza. Esta respuesta emocional se relaciona con la pérdida y el sentimiento de pesar que todos podemos tener en malos momentos. Su grado más leve es el aislamiento y el más grave es la depresión. Como se mencionó anteriormente, su opuesto es la alegría.
    • Aversión. Sugiere el rechazo y delibera la evitación. Tenuemente expresa aburrimiento e intensamente conecta con el asco o el aborrecimiento. Su opuesto es la confianza.
    • Ira. Responde directamente a una afrenta, es un estado de enojo muy grande. Si es débil, es un simple enfado o molestia, pero si es un estado más extremo puede convertirse en furia. En este caso, su opuesto es el miedo.
    • Anticipación. Al ser el opuesto de la sorpresa, se entiende que es una actitud que espera los resultados por ocurrir. Su perfil más bajo es el interés y el más alto la vigilancia.

     

    Ahora, puedes comprender mejor tus emociones y las de tus peques.

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