Memorice

Memorice

El memorice, memory, memorama o simplemente memoria es uno de los juegos de mesa más entretenidos que hay, apto tanto para jugar individualmente como en grupo.

Su invención data de hace más de medio siglo, cuando el suizo Heinrich Hurter quiso obsequiarles un juego a sus nietos en Inglaterra y utilizó recortes de revistas para crearlo.

Posteriormente vendió la idea a la casa editorial Otto Maier (actual Ravensburger) que lo comercializó en masa y hasta la fecha ha vendido más de 85 millones de ejemplares del juego.

A pesar de que en sus inicios fue pensado para los niños, en la actualidad existen muchos diseños adaptados para todas las edades y gustos. Por ejemplo, para los más peques puede haber con motivo de animalitos, plantas, dibujos animados, entre otros, mientras que para los adultos de lo que se te ocurra, como personajes de series, películas, personajes de la historia, etc.

Además, los memorice de niños pequeños pueden incluir números, letras o los nombres de los objetos que aparecen en las tarjetas.

El objetivo de este juego es fomentar las habilidades de la memoria, generando mayor capacidad de retención, pues al jugar se estimulan las partes del cerebro que nos permiten recordar información, así como mantenernos concentrados en una actividad.

 

Modalidad de juego

 

El memorice es ideal para jugar solo o en grupo. Consta de cierta cantidad de parejas de tarjetas iguales que se voltean cara abajo para ocultar su contenido. Al reverso todas deben tener la misma pinta.

Dependiendo de la cantidad de tarjetas que haya, es mejor aumentar o disminuir el número de jugadores. Además, es más práctico que se juegue con una cantidad impar de parejas de tarjetas (por ejemplo, 15) para que sea más fácil elegir un ganador y evitar los empates.

La manera de jugar puede variar; si hay un solo jugador, la competencia es hallar las parejas en el menor tiempo posible, pero si se juega en pareja o grupo, no hay necesidad de medir el tiempo porque el ganador será quien junte la mayor cantidad de aciertos.

Los turnos son de una oportunidad de juego para cada jugador, salvo que acierte una pareja de tarjetas exactas, lo que le permite seguir jugando hasta fallar.

Este juego es aconsejable para niños mayores de 3 años.

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