Recuerdo que de pequeña con una sola mirada amenazadora de mi papá cambiaba la actitud. A muchas nos sucedió. Podía ser una mirada, amenaza o algún otro modo de castigo. Esta es la disciplina basada en el castigo.
Hoy en día, la disciplina con nuestros peques va cambiando y hay quienes tienen una permisividad exagerada para obtener resultados distintos, donde tampoco es un camino recomendado.
Entonces, ¿Qué se recomienda ahora?
A raíz de estos dos modelos erróneos nace la disciplina positiva, misma que funciona a través de la colaboración y la autonomía, el cariño y la empatía, la libertad de actuación y el crecimiento sano y feliz.
Según este modelo, no existen niños ni buenos ni malos, solo se trata de buenos y malos comportamientos.
Los objetivos de este tipo de disciplina son:
La responsabilidad en los niños es una exigencia incuestionable y es necesaria en todo momento, enseñarles este valor a través de este método hará que la vida en casa sea más sencilla y plena.
Ahora ¿Qué técnicas podemos emplear para educar positivamente a los peques?
Para implementar la educación positiva en casa nuestro objetivo siempre debe ser: Los niños deben aprender, no obedecer, esto lo logramos por medio de varias acciones:
Si bien es cierto que mantener una actitud calmada en estos casos puede ser una tarea complicada, es importante recordar que se trata de un niño y que es tarea nuestra guiarlos por el camino correcto.
Así que si te encuentras en un momento intenso, lo mejor será mantener la calma y relajarse.
Preguntar en lugar de ordenar es otra manera de emplear la disciplina positiva.
Asegurar que un peque conoce la respuesta y darle libertad de hacer las cosas bien, hará que aprenda a comportarse y no obedecer a ciegas simplemente. ¿Un ejemplo? Preguntarle: “¿Qué toca hacer ahora?” y que el niño responda es preciso.
Sin embargo, también es importante estar pendiente de ellos y no dejar que se pasen de listos: Avisar y recordar con antelación lo que viene luego de una actividad que esté realizando es excelente para que no les agarre por sorpresa nada.
Por otro lado, darles a escoger el orden en el que quieren cumplir sus tareas refuerza su capacidad de tomar decisiones y de recordar lo que deben hacer. Por ejemplo, puedes comenzar preguntándoles si prefieren bañarse antes o después de comer.
Finalmente ¿Qué ejemplo le damos a los peques si no cumplimos nosotros mismos con las tareas que tenemos? Recordemos que los niños se fijan en nosotros para tomar comportamientos y formar sus actitudes, por lo que debemos actuar con coherencia y servir de modelo para ellos.
Aplicar la disciplina positiva es la manera correcta de criar a los niños, pues no nos entregamos a ningún extremo perjudicial para ellos (ni para nosotros mismos).
¿Qué te parece comenzar hoy?
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