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Todas las madres sabemos muy bien lo que es levantarse en plena noche para calmar a nuestros hijos.
Las pesadillas son muy comunes en ellos, pues a su temprana edad aún no saben cómo controlar sus miedos y temores.
Más allá de las simples pesadillas, existen los terrores nocturnos que interrumpen su sueño (y el nuestro también) dramáticamente, puede ser una situación que nos preocupe, sin embargo no nos debemos alarmar.
Por lo general, estos terrores no deben causar gran preocupación, tampoco son una señal de problemas médicos complejos. Solo es necesario saber abordarlos y enfrentarlos.
Algunos de los signos y síntomas más comunes de los terrores nocturnos en niños son:
Suena simple, pero los niños no suelen recordar lo que soñaron, a diferencia de las pesadillas comunes, estos son provocados por una sobreexcitación del SNC (sistema nervioso central) durante el sueño.
Hablando más técnicamente, estos terrores nocturnos no son realmente sueños, sino reacciones repentinas de temor que ocurren durante el sueño.
Suelen ocurrir entre 2 o 3 horas luego de que los peques se duermen, cuando la fase más profunda del sueño se convierte en la más superficial.
Por lo general no existen complicaciones en esta transición, pero en estos casos de terror nocturno, los peques se alarman y se asustan mucho.
Estos episodios de terror nocturno, son frecuentes en niños:
Las cifras rondan entre el 3% y el 6% de los niños, normalmente de 4 a 12 años, así que no es una condición muy frecuente en todos los peques, no obstante, se han dado casos de nenes de 18 meses.
Además esta condición puede tener un componente hereditario, ya que hay estudios que han identificado que el 80% de los niños que sufren de terrores nocturnos, tienen al menos un familiar que lo padeció, o que es sonámbulo.
Antes de hacer cualquier cosa, mantener la calma es importante. Si bien es cierto que ver a nuestros hijos de ese modo es muy preocupante, no logramos nada si estamos alterados.
La mejor manera de manejar estos terrores es esperar pacientemente a que el peque se tranquilice y asegurar que no se lastime al moverse, recuerda que, los niños se suelen calmar y volver a dormir en pocos minutos.
Por otro lado, lo mejor será no despertarlos mientras están así. No funciona muy bien ya que se sentirán desorientados, confundidos y tardarán más para calmarse.
No existe un tratamiento preciso, pero hay maneras para ayudar a evitar y prevenir el terror nocturno en niños. Por ejemplo:
Comprender estos terrores hará que lo manejemos mejor, pero si son muy frecuentes y no los deja dormir bien, es mejor visitar a un especialista para una mejor atención al caso.
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