Cómo controlar la ira en niños

Cómo controlar la ira en niños

 

Nadie está exento de tener una rabieta, ni siquiera los más pequeños de la casa. Esto es una situación que puede darse con mayor frecuencia en estos tiempos de cuarentena.

Cada vez más padres buscan controlar la ira en niños, pues los suyos muestran evidentes señales de enojo que incluso, en el peor de los casos, pueden llegar a ser peligrosas de no controlarlas.

Es por eso que queremos contarte cómo puedes ayudar a tu hijo a serenarse cuando el enojo se haga presente.

Antes de darte algunos tips, ten en cuenta que, debes entender a tu niño, identificar cómo piensa y entenderlo, ya que es una personita que aún no tiene la misma experiencia de un adulto, así que mucha paciencia ¡y toma nota de lo siguiente!

 

Entender a tu hijo: detecta la causa

 

Lo primero que tenemos que identificar qué desencadena el ataque de ira, es decir, detectar cuáles cosas o situaciones son las que motivan la ira de tu hijo.

Esto puede ser una respuesta difícil de encontrar o, por el contrario, el niño pudiera  responder rápidamente esa pregunta.

Pero algo que debes saber es que la mayoría de las veces, la ira en los niños se produce por una frustración, causada por dolor.

El dolor no siempre está asociado con algo grave, puede ser por la ilusión de que algo ocurra y que finalmente no suceda (por ejemplo, no poder ir al parque).

Cuando los ataques de ira son frecuentes y se tornan agresivos, puede deberse a un dolor muy grande, o a un sentimiento de incomprensión profundo (como la separación de sus padres, la muerte de una persona cercana o de una mascota muy querida).

 

¿Qué hacer ante un ataque de ira de tu niño?

 

Para causas leves, abraza a tu hijo y frota su espalda con cariño, también puede que sienta ganas de llorar, a lo que debes responder con mucha comprensión, está bien y es el momento de hacerlo.

No importa si demora más de lo que esperas, a veces los niños solo necesitan sentir afecto, para tener seguridad y no explotar de esa manera.

Una vez que se sienta mejor, dale un vaso con agua y pídele que hablen.

Estará más dispuesto a contarte qué le inquieta si nota que tienes tiempo para escuchar, así que lo mejor es hacerlo a solas y sin interrupciones (esto incluye tu celular).

Por último, dile que trabajarán en encontrar soluciones, que es comprensible que se sienta así, pues es una alerta que emite su cuerpo para decirle que debe atender lo que le perturba.

 

Trabajar en el control: brindarle opciones

 

Es muy difícil que los niños controlen la ira sin la ayuda y orientación de un adulto.

En caso de tus hijos se descontrolen de forma recurrente, un terapeuta puede ser muy útil, pero es ideal que el primer apoyo venga de tu parte.

Para que compruebes la efectividad de los siguientes ejercicios, practica primero a solas y luego invita a tu pequeño para que te imite.

Se trata de técnicas para calmar la ansiedad provocada por esos momentos en los que nos salimos de control.

Respira como si olieras el aroma de una flor y exhala como si apagaras las velas de un pastel de cumpleaños.

Esto hará que entre el aire suficiente a tus pulmones y sientas cada vez más paz.

Si tu hijo está hiperventilando, haz este ejercicio con él y repítanlo tantas veces sea necesario para que su presión se estabilice.

Cuando esté más calmado, explícale que sentirse así, de vez en cuando, es normal, sin embargo, que siempre debe tratar de mejor manera esa emoción (la ira).

 

Para ello, puedes ofrecerle varias opciones:

 

  • Tocar algo frío: una ventana, el piso, poner las manos bajo el chorro del agua, etc. Esto ayudará a que la sensación calme algo la tensión que genera el descontrol.
  • Escoger cinco objetos del sitio donde esté y describirlos en voz alta, incluso detalles minuciosos como su textura. Esto ayudará a que el niño enfoque su atención en algo ajeno a la sensación de irritabilidad.
  • Utilizar la "escala de los sentimientos", pregúntale del uno al diez cómo se siente con algo y qué tan dispuesto está a mejorarlo. Esto ayudará a que visualice qué tan cerca está de lograrlo.

     

    Esto no podrás hacerlo en medio de una rabieta, primero tu peque debe relajarse.

    Si notas que estas conductas reinciden, es recomendable hablar con un terapeuta infantil, pero si son hechos aislados, puedes probar rutinas de relajación, meditación, deporte o yoga para niños.

    Nunca des por sentado cualquier síntoma irregular en tu hijo, podrías detectar a tiempo alguna señal de que le cuesta controlar sus emociones y es de mucha ayuda tratarlo desde temprana edad para que no afecte negativamente su futuro.

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